5.1.12

Diciembre de 2006

Capítulo 9: Una historia simplemente perfecta

No soy de soñar mucho, y esa noche no fue la excepción. Mi mente permaneció apagada tanto como la Luna estuvo encendida, hasta que el despertador interrumpió su letargo. Faltaba una hora para comenzar la vuelta a mi hogar. Hice los ajustes finales, y salí caminando lento rumbo a la terminal.
Habíamos quedado en encontrarnos en la esquina, sólo esperaba que no se olvidara. Mientras yo, bueno, ¿cómo olvidarme de ella? Parecía estar dibujada en mis ojos, escrita en mis pensamientos. Ojalá pudiera arroparla cada noche con estos sentimientos que, todavía, guardo en secreto.
Era una mañana muy fría para ser un 20 de diciembre, nadie creería que el verano empezara un día después. Para cuando me di cuenta, ya estaba en el lugar pactado. Mi sobretodo marrón, casi verde, y mi sombrero gris, me hacían parecer una suerte de mafioso. Pararme en una esquina donde circulaba no demasiada gente, no ayudaba al caso.
Luego, me enceguecí. La vi caminar hacia mí y simplemente me enceguecí. No llevaba más que una camisa blanca y un jean, pero vestirse más casual la hacía parecer aún más linda. Tal vez era yo, que me daba igual cómo estuviese vestida, pero no tenía sentido seguir pensando en eso. Prefería concentrarme en verla acercándose, con su pelo bailando al compás del viento.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca, comenzó a caminar más lento, hasta quedar los dos frente a frente. Puso sus brazos alrededor de mi cuello, tomó aire, y luego dijo...
- Anoche soñé con vos.
Me besó. En mi cabeza chocaron dos planetas. El tiempo se detuvo. Tengo muchos años, y tengo suficientes experiencias, pero nunca algo como esto. Tal vez nunca me había enamorado, tal vez ella era única. De lo único que estaba seguro era que, podía dejar toda mi vida pasar en un instante, podía dejar que el viento se lleve todas mis aflicciones, podía subir a mi balcón y abrazar la luna, sólo por que cada una de mis palabras se fuera con ella.
De repente, algo me sacó abruptamente de mi sueño.
- ¿Vamos? En 20 minutos sale nuestro micro.
El Sol había salido esa mañana, sí, pero parecía que estaba alumbrando el cielo sólo para mí, para nosotros.

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